Elaborant vestuari. |
En las últimas sesiones estamos elaborando los elementos que van a constituir los decorados de nuestro musical. Ha sido gratificante por fin hacer algo y dejar de hablar sobre qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer, cuándo lo vamos a hacer, etc. Es gratificante poder hacer un tronco de un árbol sin pensar en nada más, o sea poner las manos a trabajar y no la mente, para mí esta también es una experiencia, sino nueva, practicada hace tanto tiempo que casi la convierte en nueva. También es gratificante ver como toman cuerpo las ideas que estamos elaborando.
A veces es fácil imaginar, pero difícil plasmar las ideas, el secreto esta en saber utilizar los recursos que se tienen, en no tener inconveniente en llevar a cabo cambios en la idea inicial, en cambiar de idea, si es necesario, sin que esto signifique una renuncia con respecto al objetivo que tenemos acerca de lo que queremos representar. Así pues teníamos la idea de un sol luminoso desde un principio y llevamos dandole vueltas dos meses puesto que elaborar el sol luminoso (luz real en su interior) que imaginamos presenta muchos inconvenientes y no es cuestión de renunciar a este elemento cuando se trata de un elemento central en nuestra historia.
Empezamos pensando en el papel mache, pero el papel mache es opaco, así que la luz que debía albergar en su interior no iba a verse. Vimos que con el papel fluorescente primero, y la pintura después, sería suficiente para la luz negra, así surgió la idea de elaborar dos soles, una para el mundo normal y el otro para el mundo de los monstruos. Pero luego vimos el escenario y vimos que los focos son fuertes y que no íbamos a encontrar una luz suficientemente fuerte para poder destacar desde el interior de nuestro sol, puesto que ha de ser movible y no puede estar enchufado Al plantear la cuestión a Carmen, la profesora que se ocupa de la parte de decorados y vestuario contesto que entonces habría que buscar algo que refleje la luz y no que emita luz. Como la esfera de papel mache había evolucionado a una pelota de playa pintarla con color dorado o amarillo y poner purpurina por encima, parece una buena idea. Sin embargo, algunas compañeras plantearon que eso iba a dejar mucha purpurina por ahí, cosa que molesta, así que la sugerencia de una de ellas fue poner barniz transparente por encima de la purpurina. Entonces empezaron las pruebas, ¿resiste la tempera sobre el plástico?, la dorada sí, ¿como se ve la pintura fluorescente sobre los distintos colores de la pelota?, pues diferente, habrá que pintar primero en blanco debajo, por cierto ha de ser pintura plástica, y ¿dónde vamos a colgar el sol?, en una caña, que es ligera, pero todavía no sabemos realmente de que paneles disponemos y la caña debe salir de detrás de uno.
En fin, que parecía fácil lo del sol, y tantas otras cosas, y después no lo resulta tanto. Sin embargo la historia sigue su curso, va tomando forma, y por fin... llegan los ensayos!!!!!, ay que nervios!!!!, ahí es cuando te das cuenta de que esto va en serio y que vas a tener que subir a un escenario, y no solo a hablar, sino a cantar y bailar, que no es algo que precisamente se te de bien... y entonces recuerdas que algo de miedo escénico si que tienes, que una vez sólo tenias que hablar un minuto presentando a una conferenciante, solo ante treinta personas, y te quedaste en blanco, que has comprobado que una cámara no te da tanto apuro, pero que el público en directo te da cierto pánico.
De de momento voy a esconderme un rato, como los avestruces.
Un fragmento de la quinta sinfonía de Beethoven es la base de otra de nuestras canciones (vamos que nos lo ponemos fácil).
Un fragmento de la quinta sinfonía de Beethoven es la base de otra de nuestras canciones (vamos que nos lo ponemos fácil).
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