El Bodegón.
Aunque no tengo
mucha formación artística, siempre me ha gustado el arte en general, he
disfrutado mucho escuchando música y leyendo. Guardo muy buenos recuerdos de las clases de arte de COU. Lejos de tener que memorizar monumentos,
nombres de artistas, fechas y nomenclaturas diversas, el profesor que tuve nos
ponía delante diapositivas de cuadros, esculturas y edificios que había que
analizar desde la perspectiva de las características del estilo al que correspondieran,
del autor, etc. A veces la perspectiva
era desde un punto de vista muy específico, por ejemplo, recuerdo como
estudiamos el uso de la luz en Caravaggio. Como siempre me ha gustado mucho leer, y
he disfrutado mucho haciéndolo, me he acercado a un género un poco, digamos, más
difícil, como es la poesía. Esta afición comenzó primero por la lectura de
Campos de Castilla también en el instituto, fue un gusto comentar el libro a
medida que lo leía, anotando directamente en los márgenes, lo disfrute mucho, y
desde aquí quiero homenajear a esos profesores que dejan una huella que nunca
se borra y que tal vez ni sospechan que lo hayan conseguido, pero su dedicación
incansable va dejando un poso que siempre te acompañara. Después tuve la suerte
de contactar con la poesía de un poeta
muy vinculado a la isla, lo que queda reflejado en sus obras, Antonio Colinas, refleja muy bien la naturaleza y el espíritu más intimo de esta
isla: "En el acantilado, entre el bosque y el mar, me encuentro con los restos de unos huertos abandonados. En ellos, el agua de la fuente, la brisa mariana,el sol, alimentan todavía bellos macizos de lirios morados, evangélicos" Nuevo Tratado de Armonía, pág.47. Ed. Tusquets, Barcelona 1999. haciendo lo propio con respecto la naturaleza humana. No soy una aficionada a leer poesía con frecuencia, pero de tarde en tarde me gusta hacerlo y también me gusta escucharla músicada. Tengo en mi haber otra huella de las clases de literatura, escuchar a Joan Manuel cantando a Machado y a Miguel Hernández tampoco se me olvidará nunca, dejo un vídeo colgado de Serrat cantando unas emotivas "Nanas de la cebolla" de Miguel Hernández. Más recientemente escuchamos en
el coche, mis hijos me lo piden constantemente, poemas de autores ibicencos y
formenterenses musicados por Projecte Mut, en este caso dejo un vídeo donde cantan "Sa lluna damunt Formentera", una adaptación del poema homónimo de Joan Ferrer. Es mi particular homenaje a la muy inspiradora isla hermana, su mar y su naturaleza árida son un regalo para los artistas plásticos pero inspiran todo tipo de creacion.
A todo esto se
unen viajes deliciosos a Florencia, a India, Thailandia, Egipto, etc.paises con
una gran riqueza cultural lo que se ve reflejado en su arte. No visitamos
obsesivamente museos o templos, pero siempre tener contacto con el
arte de un país es enriquecedor.
Así que, mi
formación artística es pobre, pero mi interés, como espectadora-disfrutadora,
es grande, por lo que las clases de plástica han sido una oportunidad para
acercarme al “acto de creación”. Digamos que ya tenía la consciencia de la
importancia del arte en la vida de las personas, y por lo tanto en la
educación. Pero en lo que ha sido enriquecedor asistir a estas clases, ha sido
en ese acercamiento a mi capacidad creativa, estoy poco entrenada a nivel
activo, a nivel de hacer, y esperaba unos resultados incluso más pobres, pero he
podido comprobar que las clases recibidas en el instituto, dejaron también
alguna huella al respecto, y que tal vez pueda resultare interesante, en el
futuro, retomar el contacto con la pintura, no por que pueda conseguir
resultados dignos como para dejar
constancia de ellos, sino por el puro placer de dar rienda suelta a la
creatividad.
De las láminas realizadas a lo largo de estos meses he elegido el Bodegón y el Mándala porque son dos propuestas contrapuestas, tanto por el colorido de una, frente a los claroscuros de la otra. Porque una, es una focalización sobre un elemento determinado y cotidiano como es una mesa, y el otro un símbolo de la unión de los contrarios, una reunión del todo, un símbolo de lo universal que hay en nosotros. |
El Mándala. |